Compañeros de Clarín:
La Gremial de Prensa es una nueva agrupación de trabajadores de prensa y comunicación, lanzada en una nutrida asamblea en marzo de este año, que se propone recuperar la Utpba, una entidad vaciada de las que deberían ser sus funciones principales.
Hoy queremos acercarles nuestra solidaridad frente a diversos atropellos que sufren los trabajadores de Clarín y de otras empresas del grupo –igual que en otros holdings periodísticos de todo el país– en un debate que les concierne especialmente pero en el cual, creemos, no son escuchados y sí involucrados del peor modo.
Hace poco, una solicitada los acusó de complicidad con la línea editorial del diario y del Grupo, cuyo eje principal es la oposición a todo acto del actual gobierno. Hasta les pedía renunciar. No distinguía el rol del trabajador del rol del dueño del medio, ni especificaba a quiénes se aludía cuando hablaba de periodistas cómplices de una línea editorial tan polémica. Repudiamos ese intento de responsabilizar a todos los trabajadores de un medio –cualquiera sea– del juego de sus patrones disfrazando negocios, con la defensa de la “libertad de expresión”.
Por su parte, algunos funcionarios del gobierno nacional y políticos de distinto signo incurren a veces en el mismo error de no distinguir a los trabajadores de prensa de la patronal y sus intereses. Les reclamamos, sean del poder político que sea –Ejecutivo, Legislativo o Judicial– se comprometan en la defensa de la libertad de expresión de quienes hoy quedan como rehenes de la confrontación.
En respuesta a un nuevo operativo de Clarín el embajador del gobierno nacional en EE.UU., Héctor Timerman, en su descargo, tampoco discrimina responsabilidades. El funcionario habla de “redactores” de Clarín involucrando a toda la redacción en la pelea. Hoy, en una solicitada en el diario Página/12, hace un intento de distinguir entre ambos. Creemos debería pedir disculpas a los trabajadores.
A su vez, la empresa Clarín, que responde desde una ética que es desmentida por sus aberrantes acciones durante la dictadura militar, esconde su responsabilidad adjudicándose la representación de todos los trabajadores de una manera vergonzosa, cobarde y repudiable cuando firma sus opiniones como “la redacción de Clarín” sin consultar a los trabajadores.
La Gremial entiende que muchos trabajadores de Clarín que están afuera de esa pelea son convertidos en rehenes. Habrá, por supuesto, periodistas del Grupo que compartan la línea editorial y alcahuetes más papistas que el papa, como en toda empresa, pero también hay otros –la gran mayoría– que no.
El Estatuto-Ley del Periodista, sancionado en 1946, se propuso justamente para eximir a los periodistas de las responsabilidades que le caben a las empresas y a los gobiernos.
Sabemos que muchos compañeros de Clarín promoverían una campaña del tipo “No en nuestro nombre” cuando un cobarde y mediocre editor, columnista o los gerentes de la empresa –de los que abundan estos días en las redacciones de grupos mediáticos de todo el país, bajando línea como nunca se vio– los involucran en la defensa de sus negocios. Pero sabemos que no pueden responder al atropello porque el temor a represalias todavía es muy grande y porque no hay un gremio que los respalde, ni siquiera que se pronuncie. Por eso queremos acompañarlos y ofrecernos, sin soberbia, porque entendemos que es una pelea de todos.
Clarín fue un diario cuyos trabajadores tuvieron una larga historia de dignidad sindical y profesional. Con compañeros desaparecidos durante la dictadura y con otros que continuaron aquella tarea sindical en la recuperación democrática y la ética de frenar, por ejemplo, junto a trabajadores de prensa de otros diarios, gráficos, y canillitas, una solicitada golpista para no involucrar, una vez más, a los trabajadores en una decisión empresaria. Todo eso hasta el atropello patronal de hace diez años, cuando la empresa despidió a la nueva comisión interna y a cientos de compañeros que quedaron sin respaldo sindical.
Ojalá estos debates sobre el rol del Grupo Clarín y otros holdings en el contexto de las luchas contra toda monopolización de la información (de cualquier signo, privada o estatal), el rol del periodista profesional y del trabajador de prensa, la diferenciación entre su ética y los intereses de una patronal, la solidaridad entre compañeros y colegas y el debate sincero, abierto y democrático sobre todas estas cuestiones, empiecen a tener cabida. La Gremial, humildemente, como una nueva agrupación pluralista y renovadora, les expresa su solidaridad y los invita a la participación y a la acción.
Buenos Aires, 28 de marzo de 2010.