Las sustancias de abuso se caracterizan por sus efectos gratificantes y el compromiso de las vías de recompensa en el cerebro. Sin embargo, estas sustancias también proporcionan rápido alivio y, por tanto, son altamente nocivas. En consecuencia, la afectividad negativa y otras vulnerabilidades afectivas están fuertemente vinculadas al uso problemático de sustancias y los trastornos por uso de sustancias.