Mauricio Gelves

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Mauricio Gelves

Blog personal de IT, viajes y otros hobbies

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Preload el CSS de wp-block-library

en WordPress

Al día de la fecha, WordPress sigue encolando el CSS de los bloques por defecto de Gutenberg sin ningún tipo de optimización (defer, async o preload), lo cual hace saltar las alarmas de cualquier test de performance de sitios webs, ¿Cómo podemos resolverlo?

Simplemente basta con que agregues el siguiente bloque de código a tu functions.php o plugin personalizado.

/** * Función que agregar el preload a archivos CSS. */function agregar_rel_preload( $html, $handle, $href, $media ) {    if ( is_admin() ) {return $html;}// Aplicar rel preload solo a los assets que estén dentro de este array.$assets = [ 'wp-block-library' ];if ( ! in_array( $handle, $assets ) ) {return $html;}    $html = <<<EOT<link rel='preload' as='style' id='$handle' href='$href' type='text/css' media='$media' />EOT;    return $html;}add_filter( 'style_loader_tag', 'agregar_rel_preload', 10, 4 );

Este código puede servirte para agrear el rel="preload" de cuaqluier CSS, solo basta que agregues el handle del fichero en el array de la línea 10.

Bruce Lee, el prócer de Mostar

en Viajes

¿Quién dijo que para estar en el centro de una plaza retratado en bronce tienes que haber librado muchas batallas, matado centenares de enemigos o reinado prodigiosamente durante toda tu vida?

El pueblo de Mostar con sus infinitas diferencias entre su población musulmana, serbia y croata ha elegido a «Bruce Lee» como su prócer. Sí, a Bruce Lee… que poco o nada tiene que ver con este pueblo, pero todos concuerdan en que él es un grande y que todos estén de acuerdo en algo en esta ciudad ya es un gran logro.

Monumento a Bruce Lee en Mostar, Bosnia y Herzegovina

Hasta hoy, la palabra prócer la tenía solamente relacionada con personas militares o políticos, de pelo canoso o algo calvo y que indefectiblemente tuvo que vivir su época de gloria en el siglo XIX.

Pero al buscar la definición en la RAE para hacer este escrito, me encuentro que un prócer puede ser básicamente cualquier persona que cumpla con estos requisitos:

Prócer: Como adjetivo, ‘eminente o destacado’ y, como sustantivo, ‘persona ilustre y respetada’.

RAE (https://www.rae.es/dpd/pr%C3%B3cer)

Y después de pensarlo durante un buen rato (porque sí, yo me cuelgo con estas cosas), encontré que hacer un monumento a una persona tan célebre como Bruce Lee es una excelente idea.

Por ejemplo, en Argentina supongo que la mayoría de las plazas principales de todas las ciudades tiene un «San Martín» como monumento. En mi ciudad hay un teatro con el nombre de «Julio César Gioscio», un intendente caudillo que gobernó durante 20 años y en la última década se está nombrando espacios culturales y otros edificios con el nombre del ex-presidente «Néstor Kirchner».

San Martín, Julio César Gioscio y Néstor Kirchner

¿Adónde apunto con todo esto?

Que básicamente habrá un gran porcentaje de personas que no están muy felices con que su plaza, su teatro o su espacio cultural tenga el nombre de alguien con quien nunca estuvo de acuerdo ideológicamente (yo soy uno de ellos).

De esta manera, y aunque parezca ridículo, prefiero que en el centro de mi plaza esté un personaje ficticio, un deportista, un científico, un buen actor, un profesor de escuela, un escritor o un médico que haya beneficiado, mejorado, alegrado o aliviado las vidas de toda o la gran mayoría de la población, ya sea en forma nacional o en el ámbito local.

Inclusive no tiene por qué ser fijo, como si de un muñequito de Lego se tratase, se podría reemplazar el prócer cada cierto tiempo para darle más vida a la ciudad.

Les puedo asegurar que sería un golazo de mitad de cancha. Como prueba de ello, los invito a que cuenten cuántas personas se acercan a tomarse una foto con el monumento de Julio Argentino Roca en Buenos Aires y cuántas personas hacen lo mismo con los muñequitos de Mafalda, Miguelito y Susana en el antiguo barrio de San Telmo.

Mafalda, Manolito y Susanita en el barrio de San Telmo en Buenos Aires

Cada uno en su país, que piense en su posible lista. Yo aquí dejo los posibles candidatos para homenajear con una estatua de bronce en el centro de la plaza de mi ciudad mercedina:

MafaldaPatoruzúRené FavoloroAlfredo AlcónChina ZorrillaDiego Maradona (tengo mis serias dudas 🤔)Manu GinóbiliJuan Manuel FangioJulio CortázarHernán Casciari (excelente escritor y mercedino, tiene todas las papeletas el gordo para estar en el centro de la nueva y renombrada plaza «Hernán Casciari»)Bernardo HoussayLuis Federico Leloiro el queridísimo Ricardo Tabossi (el mejor profesor, en general, que supo tener mi ciudad)

¿Qué te parece? ¿Presento el proyecto de ley?

Puf, qué comienzo de 2022

en Viajes

«Sacudido», así puedo describir mi comienzo del año 2022.

Con una escapada a México para celebrar mi cumpleaños junto a mi grupo aventurero español que se prende en cada una de mis propuestas locas (Rocío, Vanesa, Dan y en esta oportunidad se sumó también Sergio).

Junto a Rocío y Vanesa, en Tulúm, México

De regreso en Madrid me entero que una persona muy allegada tenía neumonía a causa del COVID y fue así que tuve que suspender mi regreso a los balcanes para continuar el viaje y tuve que sacar el primer pasaje que encontré a Argentina.

Lamentablemente esa persona a los pocos días falleció 😢.

Este viaje inesperado duró poco más de un mes hasta que pudimos más o menos pasar este mal trago.

Despedida familiar en Ezeiza

A pesar de tener ya cierta experiencia en la búsqueda de pasajes, me fue imposible encontrar una vuelta razonablemente a buen precio. Ya no pretendía algo barato, digo algo razonable.

Inclusive contando con la ayuda profesional de Vanesa, quien luego de buscar varios días me dijo: – Realmente no entiendo qué está pasando con los precios, están fuera de lo habitual. –

Puestos a gastar mucho dinero, decidí poner 100€ más (al robo inicial) para tener un vuelo directo a Ciudad de México y de ahí a Madrid. 4 noches en la capital mexicana me vendría de maravillas para relajar la cabeza.

La vida sabe premiar y en mi corta estadía en CDMX pude presenciar el concierto de Soda Stereo. Les juro que no tenía ni idea que tocaban en esas fechas. Aquí quiero agradecer a mi amiga Mariana que me cruzó toda la ciudad a velocidad de bomberos para conseguir los malditos tickets.

Tania y Mariana en «El Rey del Pavo», Ciudad de México

Una vez más en suelo español, y con tan solo una semana de estadía, pongo todo en orden para proseguir con el proyecto de Mauri en Moto.

De Madrid-Barajas a Barcelona-El Prat, y de allí combinación a Dubrovnik donde había dejado la motocicleta en un parking privado, allí por 07 de Enero de este año.

Tanto tiempo y tantas cosas pasaron en el mientras tanto que la batería me pasó factura. Estaba totalmente frita. La «puenteamos» y recorriendo unos kilómetros volvería a cargarse.

Marko, de Dubrovnik, me guardó y ayudó con todo lo referido a la moto en este tiempo.

Hago unos 100 kilómetros hasta Ploče, donde pasaría la noche para al día siguiente ir a la anhelada Mostar (en Bosnia y Herzegovina). Pero nada, la mañana me despertó nuevamente con una batería muerta, a pesar de haber recorrido toda esa distancia el día anterior.

Un taller del lugar me indica que en Makarska podría conseguir el repuesto. Hasta allí fui, unos 50 kilómetros alejándome de mi destino. Vuelvo a puentearla y salgo en búsqueda de la batería.

En Makarska, una ciudad bellísima al lado del mar y con un gigante rocoso a sus espaldas, di con el ángel «Antonio». Así es, este tipo de aventuras tiene un gran reparto de ángeles que están ahí, esperándote para ayudarte en el momento adecuado.

Esta persona fue con su auto a buscar la batería nueva, me mostró la factura, me la instaló y como teníamos que esperar 30 minutos hasta que los ácidos hicieran efecto, nos tomamos un café en una cafetería que estaba a pocos metros, repleto de hombres y muchos de ellos fumando… dentro.

Antonio, mi ángel salvador en Makarska, Croacia.

Pampero quedó como nuevo, si pareciera que hasta el andar fuera distinto. Era el mediodía, tenía tiempo de sobra para llegar hasta Mostar, el día era espectacular y las vistas de la riviera de Makarska eran un paraíso.

Volvía la alegría y esa energía indescriptible de andar en moto, cuando no hay ningún problema, cuando solamente hay que disfrutar.

Y así de a poco llegué a Mostar, una ciudad que me atrapa más por su historia que por su belleza (que aún así la tiene).

Aquí me quedaré un par de días para explotarla y aprender todo lo que más pueda.

Foto con el Puente Viejo de Mostar, Bosnia y Herzegovina

Saludos desde Mostar 👋🏻
Mauricio

El Bunker Tattoo Studio

en Viajes

Muy cerquita de Koplik, una de las últimas ciudades de Albania en mi camino a Montenegro, había un lugar que quería conocer.

Siempre me interesó todo lo referido a la historia de la Guerra Fría, el comunismo y la antigua Yugoslavia, y hace un tiempo atrás llegué a un video en YouTube en que mostraban el caso particular de «Peter».

Para hacerla corta, el loco tiene un estudio de tatuaje y de arte en uno de los tantísimos búnkeres que mandó a construir el dictador Enver Hoxha durante sus 50 años en el poder, y que casualmente estaba mi plan de ruta hacia Podgorica.

Cuando llegué al sitio no había nadie, aunque el bunker tenía las puertas abiertas de par en par. A un costado había una pequeña choza hecha de maderas y cubiertas de plásticos. En su interior un sofá bastante roñoso, una gran caja de madera con cientos de granadas (la fruta, no de las que explotan) y un pequeño brasero encendido en el centro que aromatizaba toda la escena.

Me hubiese encantado gritar «Buenas y santas…», pero en territorio albano dudo que esto surgiera algún efecto más allá del propio grito. En su lugar salió un gringaso «Hello!» que todavía me hiere el orgullo.

Por un camino de tierra que conecta con una casa al costado aparece «Peter», un hombre de entre 50 y 60 años, con arrugas en la frente como surcadas por el viento frío de la zona y un corte de pelo que en más de una oportunidad me hizo acordar al actor que hacía de Wolverine (soy de terror con los nombres de los famosos pero les pongo una foto para que sepan de quién les hablo y del mencionado corte de pelo).

No es broma, así tenía el pelo «Peter»

Después de hacer las presentaciones de rigor me contó que compró el terreno hace ya varios años y que el bunker le vino de yapa. En ese entonces no era nada especial. De hecho «había muchos más búnkeres hacia abajo como yendo hacia el lago Skadar y también otros tantos en la dirección contraria, como subiendo la montaña».

Lamentablemente con el tiempo la gente fue destruyendo estos búnkeres para vender los pequeños trozos como souvenirs a los turistas voraces por adueñarse de un trozo de la historia. Algo similar ocurrió con muchos de los bloques que conformaban el muro de Berlín.

¿Soucenirs o atentado contra la historia?

– Me han llegado a ofrecer hasta 100.000€ por este bunker, y aquí sigue firme. – Me cuenta orgulloso Peter su deseo de conservar su gran tesoro.

Y me alegra que así sea, porque es uno de los pocos que he visto a lo largo de todo Albania y en tan buen estado.

En su interior reina un gran caos, muchos cuadros de arte que jamás compraría y una camilla bastante precaria y remendada con cintas adhesivas para los valientes que se animan a tumbarse y dejarse tatuar.

– No soy tatuador profesional, soy muy bueno con tatuajes simples – Palabras textuales de Peter.

Me alegro de haberme detenido. Pude conocer el bunker por dentro y hasta me imaginé en cuestión de segundos lo inútil que resultaría este tipo de edificación ante un supuesto ataque nuclear, ¿resistiría la fuerza de una bomba nuclear? De ser así, ¿cuánto duraría el racionamiento? – ¿Me vas a decir que la radiación no se filtraría por esa puerta? Dale… –

Después de los dos bocinazos de despedida Peter me frena y me regala dos de sus granadas – Son bios, nada de químicos – Las guardo en una de las maletas y continúo mi camino a Podgorica.

Manos congeladas

en Viajes

Llevaba un par de días preocupado por el fin de semana ya que el pronóstico daba lluvia desde la mañana hasta la noche, complicándome muchísimo los planes de moto.

Inclusive entraba en distintas páginas buscando otras fuentes que me dijeran aquello que quería oír, pero nada, todas y cada una de ellas daban lluvia y frío.

Cualquier otra persona se hubiese quedado un par de días más en Tirana hasta que el clima mejorase. Cualquier otra persona sí, pero Mauricio no. Tengo un cohete en el culo que me hace lanzar hacia lo desconocido contra viento y marea, o mejor dicho en este caso contra lluvia y frío, mucho frío.

Y es que para evitar las detestables autopistas que me llevan desde Tirana hasta Shkodër tracé un camino que me haría subir bastantes metros para atravesar el abra de una montaña. Y esto en invierno pude significar temperaturas bajísimas.

De todas formas, hoy era mi último día de AirBnb en Tirana y sin posibilidad de extenderlo. Así que sí o sí tenía que armar la moto e irme para otro lado. Aunque sea a otro hotel en la misma ciudad.

Después de estar 20 minutos bajo el techo de la puerta del edificio, viendo cómo la lluvia aumentaba y disminuía a intervalos regulares, decidí encender la moto para calentar el motor y ponerme camino a Shkodër.

Y es que en realidad fueron 20 minutos de auto-engaño. En lo más profundo de mi ser sabía que aunque cayera un océano del cielo iba a salir igual.

Pues ahí estaba yo, después de llenar el tanque de nafta a base de señas con el empleado albano, me puse camino a la montaña.

No faltaron muchos kilómetros para alegrarme de la decisión tomada. Rápidamente aparecieron paisajes de picos nevados con pinos amarronados en su base, todo acompañado de un gran río que parecía comerse todo a su paso.

Subí tanto que Pampero pisó nieve por primera vez. Bueno, aguanieve, la nieve estaba al costado pero de todas formas fue un bautismo invernal en toda regla.

Otro de los puntos que me preocupaba era si el abrigo que llevo era lo suficientemente abrigado para circular sin terminar «frizado» como Walt Disney.

Y después del día de hoy puedo decirles que va de maravillas. Desde el tobillo hasta el cuello no siento frío alguno. Lo que sí sufren son las manos, a pesar de llevar unos mega-guantes de invierno y especiales para moto, y también los pies, ya que las botitas, si bien son muy cómodas para hacer turismo, al ser bajas les entra agua por todos los rincones.

Otro punto donde sufro un poco es la zona del mentón y boca. Entra un vientecito incontrolable por el casco que congela hasta las ideas.

Así fue mi día de hoy, 150 kilómetros de cara, manos y patas congeladas, pero ¿y quién me quita lo bailado?

¿Cómo es posible que me lo siga pasando bien a pesar de este frío durante tantas horas?

No es la primera vez que me lo pregunto y tengo una teoría al respecto. Más bien dos teorías. Se las cuento y me dicen si puedo estar en lo cierto o no.

Teoría #1: Entre mis 8 y 11 años vivía en un pueblo en el centro de la provincia de Buenos Aires llamado «Sierra Chica» (famoso por tener una de las cárceles de máxima seguridad donde trabajaba mi padre) y una oportunidad vino a visitarnos mi abuelo «Miguel» (el padre de mi madre).

Mi técnica para saber cuántos años tenía en cada anécdota se basa básicamente en recordar en qué ciudad vivía, ya que cada 3, 4 o 5 años trasladaban a mi viejo y eso implicaba cambiarme de escuela, tratar de hacer nuevos amigos, donde fallé estrepitosamente en algunas oportunidades, y esos son recuerdos que quedan grabados a fuego.

En este pequeño pueblito, junto a mi abuelo, mi padre y otra gente random, salimos a la caza de «peludos». Un extraño animal de campo del cual desconozco ni me importa saber su verdadero nombre. Solo sabía que los cazaban para después comerlos «al escabeche», cosa que tampoco hice ni haré.

Por mi parte no tenía ninguna tarea asignada, simplemente caminar a través del campo y ver cómo ellos actuaban. Pero, oh casualidad, fue un día como el que cualquier cristiano de buena casa catalogaría «de mierda».

Un frío de cagarse, un día gris, cerrado, con lluvias que iban y venían, las manos petrificadas dentro de la campera hecha por mi madre y un par de zapatillas que por supuesto no estaban preparadas para ese tipo de travesía y que calaron cuanto agua se atravesó en mi camino.

Pero estaba en familia, con mi abuelo que había venido de visita y en un plan de súper aventura. Caminando en la amplitud de las sierras, siendo sigilosos para no espantar los bichos y saltando alambres de púa para continuar su búsqueda en el siguiente campo.

Me sentía un mini-Rambo. Y por supuesto que toda esa fantasía estaba muy por encima del frío que hizo ese día.

¿Será que el frío de hoy me lleva a ese lindo recuerdo con mi abuelo?

Teoría #2:

No sé qué amigo tenía mi viejo que laburaba en una cárcel de Mendoza que nos hacía la gauchada de darnos alojamiento si alguna vez queríamos ir para allá.

Mendoza es una provincia famosa por su viñedos, el paso a Chile, el hogar del Aconcagua (la montaña más alta del continente americano) y también por tener las mejores pistas de ski.

Una noche de sopetón, mi viejo arregló todo con dos llamadas de teléfono, cargamos algunos bártulos en el auto y nos fuimos para allá (entiéndase «allá» como 900 kilómetros de distancia… welcome to Argentina baby).

Para mí era un viaje cargado de aventura porque implicaba conocer la nieve por primera vez.

Basado en mi técnica anterior, vivíamos en Junín con lo cual tendría entre 16 y 18 años. Un pelotudón ya grandecito.

Todo lo que pasó antes y después de conocer la nieve realmente no lo recuerdo: ni el amigo mendocino de mi viejo, ni dónde dormimos el primer día ni qué comimos. El foco estaba en tocar la nieve, comerla, restregármela en la cara y hacer cuanta estupidez había visto en la tele a lo largo de toda mi vida.

Los preparativos incluyeron el alquiler de las cadenas para las ruedas del auto, lo cual le daba un aura más de aventura a las minis vacaciones. El Peugeot 306 dejaba de ser un simple Peugeot 306 para transformarse en un automóvil que podía, si el conductor así lo deseaba, moverse sin dificultad hasta en la superficie rocosa de Marte.

Y en el alquiler se incluyó también un trajecito especial de nieve bastante colorido para todos los integrantes de la familia y un par de culi-patines con un mango demasiado fálico para mi gusto. Los Simpsons eran un poroto al lado de la estampa familiar con esos atuendos multi-colores.

Nuestro primer intento fue ir a «Los Penitentes», la pista de ski más cercana a la ciudad Mendoza, pero después de varios kilómetros se cerró el tráfico por una tormenta de nieve que se avecinaba.

En mi mente no cabía la posibilidad de dar la vuelta, y menos aún si había tormenta de nieve. Ya soñaba con estar ahí, con los ojos cerrados para que no me lastimaran los copos de nieves volando a toda velocidad y corriendo de un lado para el otro. Pero no. Mi padre eligió (afortunadamente) velar por la seguridad de la familia y pegamos la vuelta.

Bueno, en realidad jugamos un rato en la banquina de la ruta antes de volver (y para amortizar el alquiler de los trajecitos de nieve), pero en mi interior la experiencia no estaba siendo del todo aventurera.

No sé cómo hizo mi padre pero convenció a mi madre para que fuéramos otro día a «Las Leñas», otro centro de ski ubicado en la ciudad de San Rafael, desconozco los kilómetros de diferencia que hay entre uno y otro pero fue un viajecito hasta llegar allí.

El Peugeot con las cadenas puestas se hizo un huequito entre las grandes camionetas y las 4X4’s que estaban estacionadas en este centro de ski, tal vez el más caro y lujoso de todo el país.

Ahí estaban los Gelves y ahí sí que había nieve, al por mayor, la suficiente para hacer una Torre de Babel más alta que el propio Aconcagua.

Para mi desgracia, al cabo de unos pocos minutos se largó a llover y, muy a mi pesar, nos fuimos a la cafetería de la estación a tomar algo calentito para calentar el cuerpo.

Pero mi culo estaba inquietísimo viendo a través de los ventanales toda esa nieve sexy que me hacía guiños cómplices invitándome a jugar.

No sé cómo pero me dejaron salir. Pasé un buen buen rato bajo la lluvia disfrutando de la nieve: culipatineé hasta el hartazgo, corría y me zambullía de cabeza en la nieve virgen y hasta armé una bola gigante como esas que siempre había visto en la tele.

El trajecito colorido había perdido para ese entonces cualquier capacidad de repeler líquidos. La nieve, el agua, la transpiración y yo éramos un único ser amalgamado.

¿Tenía frío? No lo recuerdo. Lo que sí recuerdo fue lo bien que me lo pasé y el disgusto que le di a mi madre en cuanto me vio hecho sopa.

Tuvieron que comprarme ropa nueva ya que estaba empapado de pies a cabeza y supongo que la bromita les habrá salido un ojo de la cara.

¿Será que el frío que pasé hoy atravesando montañas perdidas de Albania me recuerda a esas vacaciones familiares y mi gloriosa primera vez con la nieve?

Puede ser.

Ahora ya estoy en una cafetería de Shkodër escribiendo esto, calentito después de una buena ducha y una taza de chocolate.

Mañana salgo rumbo a Podgorica, la capital de Montenegro y acabo de ver el pronóstico: dan lluvia.

Ciao ciao Italia

en Viajes

Si bien salí el primero de Mayo de 2021 siento que ahora, que estoy cruzando el mar Adriático para ir hasta Albania, comienza el verdadero proyecto de viaje de Mauri en Moto.

Y es que en mi paso por España, Portugal, Francia, Suiza e Italia me sentí como en casa, en la seguridad de tener la solución de cualquier problema al alcance de la mano y que afortunadamente no fueron muchos.

Pero ahora cruzo a Albania al comienzo de Europa del este y sí que habrán ciertas diferencias que harán que este viaje sea mucho más aventurero (y por ende más divertido).

Por una parte no entenderé la lengua, tendré que arreglarme con el inglés en las grandes ciudades y con gestos y señas el resto del tiempo, sobre todo cuando me mueva por pequeños pueblos.

Inclusive algunos países utilizan el alfabeto cirílico el cual es totalmente incomprensible para los occidentales. Toca ingeniárselas para descifrar los carteles y señales.

Ajam, claro… por las dudas sigo recto

En materia mecánica, hasta Belgrado (Serbia) no tengo más concesionarias de Royal Enfield, esto significa que cualquier desperfecto tendrá que ser arreglado con ingenio argento (y balcánico).

En mi estadía en Bari pude llevar a Pampero a un taller oficial donde le hicieron un service a fondo: cambio de aceite, chequeo general, ajustes y reparación del disparador de la luz alta que hacía varios kilómetros que traía roto (según el mecánico por unos cables pelados dentro del manillar).

También conseguí los repuestos del embrague y acelerador y sumado al cambio reciente de la rueda trasera tengo moto en condiciones para llegar hasta la China. El dibujo de la rueda delantera todavía tiene para un buen rato.

Por supuesto que me hice un ratito para ver a mis amigos Puglieses, Francesco Candia de Barletta y Antonio Moschetta de Andria.

Ambos amigos de la Comunidad de WordPress de Italia, que me llevaron a comer delicatessens de la zona siempre acompañado de buenas charlas. Qué placer poder mantener una conversación en otra lengua (aunque lo entienda mejor de lo que lo hablo).

Mi ingreso a los balcanes también implica moverme por países que no forman parte de la Unión Europea, con lo cual me tocará lidiar y cambiar euros por moneda local. La parte buena es que el cambio es favorable permitiéndome tener una vida más holgada y tener la tienda de campaña en buen resguardo hasta tanto pase el invierno.

El plan para las próximas semanas

Se viene el invierno y andar en moto por los balcanes con los fríos habituales de esta zona «no es moco de pavo». Mocos se me van a caer pero del frío.

Plan inicial para los balcanes

Mi idea es ir muy tranquilo, avanzar de poco y teniendo muy en cuenta el relieve de la zona para evitar nevadas o hielo en el asfalto. Iré lento esperando pacientemente la llegada de la próxima primavera y así recorrer con más soltura los paisajes típicos de esta zona.

De más está decir que mientras tanto voy a extremar las precauciones para circular con seguridad 🥶.

Pasaré la primera semana en Tirana (la capital de Albania), previo paseo por el pueblo de Berat, más conocido como «El pueblo de las mil ventanas» y que está declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Berat (Albania), la ciudad de las mil ventanas

Luego empezaré poco a poco a dirigirme hacia el norte donde me espera Montenegro, Kosovo y luego el sur de Croacia. Pero eso ya lo dejamos para artículos posteriores.

Síganme los buenos

Primera vez en un camarote

Ya estoy en el Ferry «Golden Bridge» que es gigante y aparte de pasajeros transporte muchísimos camiones. De hecho la moto la dejé en un sub-subsuelo donde un egipciano me ayudó a estacionarla. Parece que comenzó a trabajar desde hace poco por la cantidad de órdenes que recibía de otro empleado naviero con más canas, .

Tengo que tener cuidado y estar alerta ya que la frontera con Albania está al límite de ser cerrada. Hoy chequeé una Web que la marca como zona naranja. Un empleado italiano de la empresa naviera muy buena onda me recomendó que dijera que «voy por trabajo» en caso de que me preguntaran en cualquier momento cuáles eran mis motivos para ir al país vecino.

A pesar de todos los ferrys que tomé en mi vida (Estrecho de Magallanes, de Helsinki a Tallin, de Nápoles a Palermo entre otros), es la primera vez que duermo en un camarote… sé que es una tontería pero esta simple experiencia me hace mucha ilusión.

Partimos a las 22:00 y llegaremos sobre las 08:00, no entiendo aún por qué tarda tanto en cruzar pero lo voy a aprovechar para ver una peli y descansar. Después les cuento qué tal la experiencia.

¡Qué loco! Mientras escribo este post ya empiezo a notar las primeras diferencias, y eso que aún no hemos zarpado del puerto italiano. Estoy en el salón de la cafetería/restaurante del barco y hay un olor insoportable a tabaco… y es que están fumando, ¡¡¡dentro del ferry!!! Welcome to the balcans my friend, jaja 🤷🏻‍♂️.

Por lo pronto manden fuerzas positivas para que mañana no llueva y pueda recorrer tranquilamente mi primer día en los balcanes 💫.

Volare, oh oh 🎶

en Viajes

A pesar de querer hacer muchas cosas en este Domingo, respeté mi idea original de descansar todo lo que pudiera y así lo hice. Nueve flagrantes horas de descanso que se veían interrumpidas cada tanto con los ronquidos de otros viajeros, alarmas de móviles que sonaban eternamente o la dueña del hostel, una brasilera que hace 20 años que vive en Bari, que entraba y hablaba como si fuera el mediodía.

Aún así sigo maravillado con mi capacidad de dormir. Todas estos eventos los registro desde lejos, sin que lleguen a afectarme. Como un radar que detecta objetos extraños, pero que están tan alejados que ni siquiera son considerados peligrosos. Ojalá que este super poder de dormir aunque me pase un tanque de guerra por al lado continúe por muchos años en mi vida.

Cerca de las once de la mañana decidí hacer algo con mi vida. El pueblo de Matera, uno de los más bonitos de la zona, está a tan solo 66 kilómetros pero es un auténtico periplo llegar en transporte público. Quedaba fuera de toda posible ecuación. En su lugar elegí «Polignano a Mare», un pueblo de mar, con muchas calas, agua turquesa y la cuna de Domenico Modugno, el creador de «Nel blu dipinto de blu» o más conocida internacionalmente como «Volare».

Después de 20 minutos ya estaba recorriendo las callecitas del pueblo, con rumbo al casco histórico.

Caminé sin ningún destino fijo, sin mapa ni Google Maps, tan solo me dejé llevar por la energía del pueblo, y así fui sorprendiéndome en cada esquina con las distintas vistas al vasto mar y también a su famosa playa que aparece en primera plana cada vez que se busca su nombre en internet.

La playa más famosa de Polignano a Mare

Habré estado más o menos unas 5 horas deambulando por sus calles, todas de un color entre amarillo y anaranjado, muy característico de la piedra caliza típica de la zona.

Este mismo color de ciudad lo encontré en la pequeña isla de Malta, donde todos y cada uno de los edificios está también construidos utilizando esta materia prima.

Lo que sí tenía fijo era tomarme la foto con la estatua de Domenico, que según Andrea, mi amigo italiano que vive en Madrid, van allí hasta los recién casados para recibir la bendición del héroe del pueblo.

Desafortunadamente, en lugar de bendiciones encontré el apocalipsis. El pobre Domenico estaba restringido de visitas por labores en curso. Tuve que contentarme con verlo desde lejos. Menos mal que mi móvil tiene un lente 2.5x con el cual pude virtualmente extenderle un abrazo.

Estatua de Domenico Mondugno en Polignano a Mare

Ha sido un muy lindo primer día de reconexión con el proyecto de «Mauri en Moto», aunque Pampero siga guardado en Barletta a unos 64 kilómetros de Bari en dirección norte.

Mañana, en algún momento de mi horario laboral, tengo que acercarme al concesionario de Royal Enfield para pedir turno para que hacerle un service integral antes de meterme en los balcanes.

Hay que tener en cuenta que desde aquí hasta Belgrado (Serbia), no hay más concesionarias oficiales. Así que es menester cruzar el charco del Adriático con la moto en condiciones y «volar con el azul (cielo) pintado de azul…«

Volare, oh oh, cantare oh oh…nel blu dipinto di blu.

Arrivederci Madrid

en Viajes

Pude escaparme nuevamente de Madrid. Lo logré una vez más.

Y es que esta ciudad tiene una energía mística que te atrapa y te hace creer que no hay nada interesante por ver más allá de la M-30.

A toda esta fuerza telúrica hay que sumarle que Diciembre está a la vuelta de la esquina, y todos sabemos lo que pasa en este mes, cena con amigos, con los chinos de los mercaditos de tu barrio, cena con los bomberos de la Puerta de Toledo y hasta te juntás con los vendedores ambulantes de latas de cerveza del barrio de Lavapiés, sí, aunque hagan 2 grados bajo cero, pero te juntás.

Había que escapar de esa red navideña que ponía en jaque la continuidad de mi viaje.

Así que después de una linda borrachera con amigos (yo no bebí tanto, odio las resacas), abrazos, besos y elogios repartidos a granel, me subo al autobús amarillo que sale desde la estación de Atocha y me deja en Barajas, todavía me resisto a llamarle «Adolfo Suárez – Barajas» aún estando muy de acuerdo con la vida política de este personaje durante la transición española.

Aeropuerto de Barajas

En cuanto terminé de leer «Verde Tortuga Oscuro», la primer novela de mi amiga Marianela Jiménez, llego a Bari.

Siento mi primer halo de alegría viajera al escuchar por la megafonía de la estación del tren «Allontanarsi dalla linea gialla…» (alejarse de la línea amarilla), una de las primeras frases que aprendí en mis primeros viajes por Italia.

Es de noche, pero las calles de Bari están abarrotadas de italianitos con sus looks traperos, cargados de prendas de los grandes diseñadores de este país: Gucci, Armani, entre otras marcas que me enorgullece no recordar.

Hago el check-in en un hostel que de primeras no me da buena espina por el aspecto de los personajes que atraviesan el pasillo mientras realizo la típica burocracia hostelera.

Después de una «Pizza con cotto» en la pizzería «Il Veliero» (la misma con la que me despedí de Italia un mes atrás) me entierro en la cama para reponer todas las horas de sueño que debía de mi paso por Madrid.

Hay serenata de ronquidos pero estoy tan cansado que me duermo en cuestión de minutos.

Besos desde el taco de Italia.

No llego a fin de mes, ¿a dónde se me va al dinero?

en Experto en Nada

Cobras el salario, pagas el mínimo de las tarjetas de crédito, pagás el alquiler servicios, suscripciones y te das ese capricho que te mereces por soportar al pelmazo de tu jefe, otra salida por allá y cuando levantas la mirada estás a día 20 y sin un peso en el bolsillo.

Hoy en «Experto en Nada» quiero contarte mi experiencia y otras cuestiones sobre el ahorro y por qué se nos hace tan difícil llegar a fin de mes

Antes de comenzar

Antes de comenzar quiero decirte que no me hagas ni caso de todo lo que te diga… Soy experto en nada, un mero charlatán que habla desde su propia experiencia y que pretende que algo de todo lo que aprendió pueda generar alguna inquietud en alguien, pero tendrás que comprobarlo por tu cuenta porque lo mío no es ni pretende ser una pócima mágica.

Ya lo siento, pero este rollo de advertencia voy a soltarlo en todos y cada uno de los artículos en los que dé algún tipo de consejo.

¿Jugaste alguna vez al Monopoly?

Como buen informático, siempre me gustaron los juegos de mesa y me leo hasta el último párrafo del reglamento para luego explicárselo al resto de los jugadores. Pero el Monopoly, que en Argentina se llamaba «El Estanciero» y que son exactamente las mismas reglas solo que con propiedades de las distintas provincias del país, nunca me atrajo del todo.

No sé si era por el tema de lidiar con tanta plata o porque si en la mitad del juego se ponía tedioso el tema de pagar alquileres o, viéndolo a la distancia, tal vez porque desconocía o me aburría aprender las estrategias para ganar la partida.

¿Adiviná cual de estos dos era yo de chico?

Claramente el manejo del dinero no era mi fuerte y eso se notaba tanto en el juego pero también mi la vida real.

Y es que todos, absolutamente todos, inclusive los anti-sistemas partcipamos de un juego llamado «Capitalismo» que aunque no quieras aprender las reglas estás jugando desde el primer día en que te independizaste. Y creeme que los jugadores más experimentados que se leyeron todo el reglamento (incluyendo la letra pequeña), te están exprimiendo al máximo.

Y no hay que tener mucha inteligencia para saber el por qué no enseñan en las escuelas algo tan esencial para nuestras vidas… cuanto más ignorantes seamos sobre la economía y el flujo del dinero, más control y riqueza para ellos.

Pero si llegaste hasta acá es porque te estás dando una oportunidad de saber un poco más sobre este tema. Y te felicito por esa inquietud, ya has dado un paso enorme y te invito a que sigas informándote con cuanto artículo, libro o podcasts caiga en tus manos.

Ahora bien, lo importante es saber… ¿en qué casilla del Monopoly estás actualmente? (espero que no estés en la de la cárcel) y lo mejor aún ¿Cómo puedes aprender las reglas de este juego, el de la vida, el Monopoly verdadero, para que puedas ganar lo suficiente para ser feliz, dejar o cambiar ese trabajo que no te gusta o simplemente tener las riendas de tu vida económica?

Como te imaginarás son muchas las reglas, excepciones y triquiñuelas que hay que aprender para tener control sobre tu economía personal, pero empecemos por una de las primordiales: el ahorro.

No llego a fin de mes, ¿a dónde se me va el dinero?

Entre mis 20 y 30 años y a pesar de haber tenido buenos salarios, no sabía en qué se me iba el dinero.

Llevaba una vida que consideraba «que merecía» por todo el esfuerzo que hacía en el trabajo. Pagaba un alquiler elevado en una zona privilegiada de Buenos Aires para tener mi independencia glamorosa, salía a discotecas o bares con un cierto caché, almorzaba fuera porque «no tenía tiempo para cocinar» y nunca me quedaba un extra para ahorrar, siempre tenía esa sensación de que la plata no me alcanzaba.

Esta sensación me generaba angustia, pedía aumentos de sueldos en empresas que no me gustaba trabajar pero que debía mantener para continuar con ese nivel de vida y si me lo daban, de una u otra forma seguía sin alcanzarme.

El dinero se me escurría de entre las manos y no sabía dónde.

Fue durante una sesión de terapia donde mi psicólogo me sugirió que llevara un detalle de todos los gastos, — Es necesario saber para luego tomar medidas y corregir — me dijo una tarde desde su consultorio en una avenida muy ruidosa de Buenos Aires.

Esta incapacidad de ahorro que tenía personalmente y otras tantas que tienen otras personas pueden surgir por los siguientes motivos:

El placer de comprar y comprar

Uno de los más comunes es por el simple hecho de disfrutar del placer de comprar, comprar y comprar.

— Ah, ¿que estás triste?, andá al centro comercial más cercano y comprate ese capricho que hace rato venís deseando. Vas a ver el subidón que te da.

Científicamente está comprobado que cuando comprás algo que te gusta, se activa en tu cabeza tu «sistema de recompensa» liberando una alta dósis de dopamina. Este es el mismo neurotransmisor encargado de darnos los estímulos de placer al tener sexo.

También es sabido que así como vino ese subidón igual de rápido se va y el deseo se mueve de lugar hacia un nuevo producto, otro par de zapatos, ese pintalabios tan chic, el úlitmo videojuego, etc, y que hasta que no lo consigas vuelves a sentir todo el peso de tu vida sin control, entrando así en un círculo vicioso o más conocido como «La carrera de la rata».

Ser consciente de esta situación ya es un gran paso para salir de él. Aunque todavía queda mucho trabajo por delante.

Presos de las apariencias

Otro de los factores por los cuales se puede perder la capacidad de ahorro es porque «Compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente a la que no le importamos».

Por favor, pará de comprar boludeces simplemente para agradar o gustarle a alguien.

No necesitás ese BMW último modelo ni tampoco el vestido de la siguiente colección de Zara.

Podés darte gustos, no digo que no, pero siempre y cuando esté controlado y esto no te lleve a la ruina económica.

Estoy enterrado en deudas

Siguiendo con el punto anterior, a veces esos gastos desmedidos nos llevan a realizar compras con tarjetas de créditos o bien solicitando préstamos personales.

Sin darnos cuenta las deudas empiezan a crecer y mucho más si solo pagas el mínimo. Los banqueros empiezan a frotarse las manos viendo como la bola de nieve de intereses empieza a crecer mes a mes.

Cuando te das cuenta ya tienes una deuda gigante que te asfixia y que por supuesto te angustia porque te resulta muy difícil salir de ella.

Inflación

Si el país en el que vivís tiene un porcentaje alto de inflación lamento decirte que te será muy difícil ahorrar.

La «inflación» es ese porcentaje que indica que cada vez las cosas cuestan más caras o lo que es lo mismo, que tu dinero pierde capacidad de compra.

Este porcentaje varía para distintos países. En España, por ejemplo, es una media alrededor del 2% anual, Argentina para este 2021 estima una inflación del 45% anual (eso significa que para fin de año podrás comprar la mitad de cosas con el mismo dinero) o Venezuela que en los primeros 5 meses del 2021 acumuló un 268% de inflación… una auténtica locura.

Si vivís en alguno de estos países con alta inflación la capacidad de ahorro dependerá básicamente de tus posibilidades de trabajar y ahorrar en cuentas bancarias en el extranjero.

Falsa sensación de seguridad económica

A modo personal voy a contarte que la falsa sensación de seguridad económica afectó también a mi capacidad de ahorro. Me explico.

El hecho de que trabaje en informática hizo que siempre tuviera un salario por encima de la media, lo que me dió una falsa sensación de seguridad que mi estilo de vida siempre sería igual.

Esta falta de preocupación por el futuro hizo que no ahorrara ya que podía permitirme un buen alquiler, comida, vacaciones y hasta algunos caprichos caros.

Pero claro, con todo lo que vengo pensando con el tema de los 40 años es lógico y normal que desde hace un tiempo, a pesar de seguir teniendo buenos trabajos, intente abrir el paraguas del ahorro y la inversión.

Por lo que escucho en podcasts y leo a través de algunos libros de finanzas, muchas de las personas que ahorran e invierten desde temprana edad han tenido:

Una fuerte educación del manejo del dinero en la casao bien han sufrido problemas económicos y estas experiencias negativas los llevó a educarse y tomar acción.

Falta de metas

Si a la falsa seguridad del punto anterior por tener constantemente un buen salario le sumamos el no tener un horizonte claro, una meta, un objetivo, hace que ahorrar no interese para nada… ¿para qué? ¿para qué privarme de cosas hoy por ese futuro que no puedo ver ni tampoco me interesa?

Es por eso que a medida que empiezas a educarte en la materia, a entender cómo funcionan las cosas y ver con más claridad las reglas del juego el ahorro pase a ser algo natural, simple y hasta lógico.

¿Cómo ahorrar?

A ver, no van a darme un premio Nobel por la respuesta a esta pregunta: ahorras cuando gastas menos de lo que ingresas mes a mes. Punto, no hay más misterio en el asunto.

Pero para gastar menos de lo que ingresas hay un punto que es fundamental: saber en qué gastas el dinero.

Si quieres controlar tu economía tendrás que saber hasta el mínimo detalle cuánto y dónde gastas tu dinero para que luego, con esa información, puedas tomar las medidas que sean necesarias.

Saber en qué gastamos

Aquí no hay ningún secreto. Para saber cuáles son nuestros gastos hay que detallar:

los gastos mensuales fijos ytomar nota cada vez que pagamos algo extra: una compra en el super, un corte de pelo, una salida, un capricho… todo, absolutamente todo.

Puede sonar algo agobiante y tedioso, pero vuelvo a repetir, si no sabemos dónde se va el dinero poco se puede hacer para controlarlo.

Ahora bien, ¿cómo podemos llevar estas cuentas?

Aplicaciones para móviles

Existen una sinfín de aplicaciones para móviles, tanto para Androids como para iPhones, basta con buscar en la categoría «Finanzas» para descubrir todas las opciones que hay.

Básicamente todos ofrecen los mismo, la capacidad de configurar cuentas bancarias, efectivo, tarjetas, etc y luego dar de alta distintos gastos a los que se le puede asignar una categoría, una foto, indicar de qué cuenta hacer el descuento etc.

Mientras vamos cargando esta información se van generando informes suuuuuper bonitos donde vemos en dónde se están yendo nuestros preciados recursos económicos.

MoneyPro, Pennies, Registro Contable, Mis Gastos… son algunos de los nombres más habituales entre estas aplicaciones

Mi hoja de cálculo

Todas las aplicaciones para el móvil están muy bien, pero siempre les falta algo o hay que pagar algunas mensualidades que considero desde mi punto de vista un gasto innecesario. 5€ de acá, otros 8€ de Spotify por allá, más la cuenta Netflix, cuando te querés acordar estás pagando un sobresueldo en suscripciones (que al fin y al cabo es una gotera más para tus ahorros).

Yo llevo esta contabilidad en una hoja de cálculo de Google Drive porque me da absoluta libertad sobre para el manejo de los datos. Cosas de informático friki 🤷🏻‍♂️

Aquí te comparto la plantilla en este enlace ⬇️

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1DZwdP3I_Wdsq0xopv9JaLM9E6n2Ve2zbppD3AnghtBQ/edit?usp=sharing

NOTA: No intentes editar el documento o solicitarme autorización para modificarlo. Haz una copia en tu Google Drive y luego edítalo como quieras.

En la pestaña «Estadísticas de Gastos» puedes crear cuantas columnas quieras para cada categoría de gastos que luego se mostrarán automáticamente en la pestaña «Gastos Diarios» para cargar el día a día de los gastos.

Por supuesto que todo está automatizado y se van mostrando los disintos totales y subtotales por categoría y año.

¿Por dónde empiezo a ajustar?

Con uno, dos o tres meses tendrás la información suficiente para saber en dónde se te está yendo el dinero y desde ahí empezar a ajustar las tuercas para comenzar el hábito del ahorro.

Ayudará mucho que tengas metas claras del por qué estás ahorrando y también cuáles de todos esos gastos estás dispuesto a reducir y cuáles no.

Cómo reducir ciertos gastos y mantener o acrecentar otros te lo estaré contando en un próximo artículo donde estaré hablándote sobre el «frugalismo».

Conclusión

Ya sabés, tenés ahora esta información en la cabeza y ahora depende todo de vos… podés seguir avanzando como si este Monopoly no existiera o tomar las riendas y de a poco ir formándote para usar las reglas a tu favor.

De momento te dejo como tarea y como primer paso, que comiences con la captura de esta información, ya sea con las múltiples aplicaciones que existen en los marketplaces o si lo quieres hacer en forma manual a través de la hoja de cálculo, me da igual, lo importante es que sepas cómo se te escurre el dinero de las manos para que luego puedas pasar a la acción.

¡Mucho ánimo! 💪🏻

Mauricio versión 4.0

en Experto en Nada

Con 39 años creía tener todo bajo control, que el cambio de década no me iba a afectar en absoluto. Tenía mi casa (alquilada), mis amigos, mi familia con salud, mis vinilos… pero ese 25 de enero a las 23:59, cuando el brazo de los minutos tocó el punto más alto del reloj tuve una sensación extraña que no me había ocurrido con ninguno de los cumpleaños anteriores.

Estuve sentado por unos 15 o 20 minutos en silencio asimilando que un nuevo número ocupaba el lugar de mis decenas. Y este nuevo número se sentía mucho más pesado ¿sería la crisis de los 40 del que todo el mundo habla?

Comienza el viaje

No le di demasiada importancia, tenía por delante el viaje de mi vida, ir desde Madrid hasta Estambul en una moto y muchas tareas que completar para andar preocupándome por un simple nuevo dígito.

En un plis-plás han pasado 4 meses de esos primeros kilómetros al lomo de mi Royal Enfield Himalayan y cada día de ruta es una sesión de auto-psicología.

El diván es el asiento de la moto, el consultorio han sido todos los paisajes que recorrí hasta ahora, a veces con un sol radiante testigo de mis relatos alegres a veces con lluvia que se mezclaba con lágrimas de mis penas. Y el psicólogo es esa vocecita que me plantea y replantea miles de cuestiones cada vez que me pongo el casco.

Si hoy estoy escribiendo este artículo, es porque le estoy dando la importancia que estos pensamientos se merecen y que harán de Mauricio un nuevo Mauricio. La versión mejorada 4.0.

En solo 4 meses de viaje puedo decirte que soy otro. Me di cuenta que mis energías estaban dispersas en muchas cosas sin sentido y que era hora de tomar decisiones fuertes.

Te detallo todos y cada uno de los puntos que analicé en mis sesiones de moto-terapia.

Analizando mis puntos débiles

Estoy tratando de mejorar mis puntos personales más débiles. Afortunadamente sé cuales son y el proceso al igual que para cualquier persona, es una tarea complicada de llevar adelante ya que debo enfrentarme a pensamientos enraizados durante muchos años.

No es mi culpa tener ciertas cuestiones en mi vida, pero sí soy 100% responsable de cómo analizarlas, aceptarlas e ir progresando poco a poco. En lugar de victimizarme o dejar todo tal cual está «porque yo soy así», prefiero tomar cartas sobre el asunto y disfrutar de lo que ese logro pueda traerme.

No voy a entrar mucho en detalle en este tema porque son cosas muy personales que prefiero mantener en secreto.

¿Dejo de ser Freelance?

Hace unos días atrás, charlando con un colega de trabajo de Londres, sin querer dije una frase que me hizo abrir los ojos de por qué verdaderamente me había hecho Freelance allá por el 2016.

La frase fue: «Me hice Freelance porque para ese entonces no había ninguna empresa que se ajustara a mi forma de ver la vida. Con libertad, soltura y total confianza en mis conocimientos…». Era la primera vez que lo veía desde ese punto de vista y me sorprendió.

En realidad sí había algunas empresas para ese entonces, pero también tenía un miedo terrible de no estar a la altura de los cerebritos que formaban parte de estos equipos. Lo que hoy se conoce como «Síndrome del Impostor», esa vocecita interna que constantemente te atormenta diciéndote que «no eres lo suficientemente bueno para ese puesto/trabajo/etc».

Parece mentira, pero desde que salí el primero de Mayo estoy trabajando casi sin parar con una de estas empresas y lo mejor de todo es que me siento muy a gusto y que fui perdiendo ese miedo de compararme con otros viendo que podía resolver muchos problemas y todos por mi cuenta.

Al punto tal de plantearme — ¿Y por qué no aplicás para el puesto de trabajo? — Al fin y al cabo tenía mucho por ganar:

La paga es muy buena: Lo cual me permite vivir tranquilamente, seguir con este lindo sueño que llevo adelante y ahorrar para invertir en otros proyectos personales (de los cuales te hablaré).Confianza en sus empleados: De primeras te entregan toda la confianza, lo cual hace que te dediques en un 200%.Trabajo remoto: Son empresas que no tienen oficinas. Todos sus empleados trabajan y trabajaron siempre en remoto y desde todos los puntos del planeta, haciendo que la empresa sea un 24X5 (sí, los fines de semana se descansa)Respetan la libertad del empleado: les da igual desde dónde, cómo y cuándo realices el trabajo siempre y cuando se entregue en tiempo y forma. Es un pensamiento que llevo conmigo desde el 2009 cuando intenté, en vano, trabajar en remoto en Argentina y que intento divulgar sus beneficios con charlas en conferencias para mejorar la calidad de vida de más personas.Caras conocidas: A muchos de ellos ya los conozco de distintos eventos de WordPress haciendo del entorno virtual de trabajo un lugar mucho más ameno.Beneficios extras: Dan muchos y buenos beneficios que cualquier empresa iberoamericana está a décadas luz de ofrecer a sus empleados.

Y señoras y señores… (redoble de tambor para dar más intriga al asunto) ya apliqué para ser desarrollador, ya tuve mi primera entrevista y todo parece ir viento en popa.

De todo esto aprendí una gran lección: a veces la comodidad y la seguridad no son buenas aliadas para el progreso personal y profesional. Aventurarse a dar pasos inciertos, enfrentarse a los miedos pueden resultar en grandes logros.

Mi granito de arena: «Experto en nada»

Otros de los puntos que analicé y acepté de mi forma de ser es que soy «Experto en nada» y bueno o regular en muchísimas cosas. No trato de ser humilde, es la realidad.

Tengo una personalidad muy curiosa lo que me lleva a interesarme en un sinfín de actividades y cuando eso sucede me sumerjo por completo hasta absorver la última pizca de información hasta tanto aparece un nuevo interés o retomo otro de los que ya tengo.

Esto hace que sea experto en nada, ya que no dedico años de investigación a una sola materia, pero con bastos conocimientos en muchas actividades: música, audiovisuales, programación, desarrollo personal, inversiones, vida espiritual, viajes, DIY («Do It Yourself«, «bricolaje» o de cómo arreglar las cosas por tu cuenta) y un largo etcétera.

El no aceptar esta condición me hacía sentir mal porque me comparaba constantemente con otros sí «expertos» de estas materias, reforzando esa sensación de que «yo no era lo suficientemente bueno para estar ahí». Esto me llevó, por supuesto, a perder muchas oportunidades a lo largo de estos años.

No me lamento, al contrario, me siento orgulloso de hoy aceptarlo y de utilizarlo a mi favor para trabajar y ayudar haciendo uso de esta amplia caja de herramientas que tengo en mi cabeza.

Aceptarlo también me quita el peso de decir en un determinado momento — Esto no sé hacerlo, lo intenté al máximo y no me sale. — No pasa nada, habrá otro cerebrito que nos eche un cable.

Asimismo, me abre una nueva puerta a la que quiero apostar y que cierra otras que no se ajustan con el nuevo Mauricio.

Aparte de mi trabajo, quiero volcar algo de mis conocimientos y crecimiento personal en este blog que llevo desde hace años y si el tiempo me lo permite grabarlo informalmente en un podcast al que titularé «Experto en nada» con el fin de que llegue a más gente.

Veo una clara motivación en este nuevo paradigma ya que, aparte de ayudar a otros con mi experiencia personal, me ayuda a reforzar mis convicciones, principios y proyectos personales.

Las temáticas serán tan variadas como mis gustos y la periodicidad será la que dicte mi conciencia con el fin de no quemarme como me sucedió en otros ámbitos.

De hecho este artículo forma parte de ese nuevo cambio, ha hecho que hoy por la mañana me levantara super motivado a escribirlo, un claro indicio de que se está yendo por el buen camino y si de paso ayuda a alguien me daré por satisfecho.

Cerrar puertas

Para sentirme mejor y redirigir las energías de este nuevo Mauricio, tengo que sí o sí cerrar algunas puertas sin importarme «el qué dirán» por la toma de estas decisiones.

Cambios en mis redes sociales

Este es el cambio que más me costó aceptar… llevo meses pensándolo, pero la decisión está tomada. Voy a pausar la generación de vídeos de YouTube sobre mis viajes.

Claramente no tengo la misma energía para realizarlos y sobre todo son vídeos que, a pesar de mostrar y hacer conocer lugares muy bonitos y que la gente me agradece, solo apuntan a que me mire el ombligo. Mauricio conoce Oporto, Mauricio recorre Cantabria, qué guay Mauricio estuvo en Burdeos.

Sé que muchos no lo ven de esa manera, pero es cómo me siento y creo que tengo mucho más para dar y aportar.

Visto desde un punto de vista más superficial, tantas horas de trabajo (durante varios años) no se corresponden en absoluto con la monetización obtenida. Con lo cual, ajustaré este esfuerzo al equilibrio de su respuesta.

Otro de los motivos es porque quiero disfrutar al máximo el presente del que puede ser el viaje de mi vida y no estar pensando en si las baterías están cargadas, qué ángulo es mejor para esta toma o en qué año se construyó esta iglesia que no quiero cagarla al decirlo en el vídeo.

De todas formas, tengo material grabado y guardado hasta mi llegada a Italia, con lo que con el tiempo y a medida que vuelva esa inspiración, iré subiendo los nuevos capítulos como así también seguiré posteando en Instagram ya que me lleva un tiempo infinitamente menor de realización.

Adiós a mis clientes

Después de 6 años de arduo trabajo como Freelance siento que no tengo la misma energía para lidiar con los clientes en forma directa.

Se requiere de una gran carga mental para entablar, firmar, desarrollar, gestionar y cerrar un proyecto Web… sin tener en cuenta que las ganancias no son las mismas (aparte de los lindísimos impuestos que exige España).

Dicho esto, tengo que cambiar mi página Web para que no se me relacione más como un trabajador autónomo abierto a recibir propuestas de proyectos.

Seguiré con los mantenimientos activos que ya tengo y escribiendo artículos de informática en mi afán por ayudar a quien lo necesite, pero mi salario, si todo sale bien, vendrá del trabajo de esta posible empresa (u otra que me acepte como desarrollador bajo las mismas condiciones que detallé anteriormente) en donde solo debo enfocarme en el aspecto técnico de los proyectos.

¿Dónde te ves de acá a 15 años?

Recuerdo que odiaba este tipo de preguntas cuando iba a las entrevistas de trabajo, básicamente porque no sabía ni dónde estaba parado. Pero la llegada de mi cuarenta aniversario, más las horas de psicología arriba de la moto, me trajo una y otra vez este inquietud a mi cabeza ¿Dónde quiero estar de acá a 15 años?

Por supuesto que no tengo todas las certezas de dónde voy a estar, pero sí sé qué es lo que no quiero y eso es un muy buen punto de partida.

Hoy pienso que no quiero seguir trabajando de informática cuando tenga 55 años. No porque crea que deje de gustarme, pero sí que presiento que no tendré la misma energía para mantenerme actualizado y por ende competente.

Dicho esto, pensé que tengo que abrir el paraguas cuanto antes hacia nuevos trabajos o formas de ingreso y si son pasivos mucho mejor.

Esto me llevó a investigar, consumir horas de vídeos salteando aquellos que prometen paraísos sin esfuerzos, descargar y leer libros en mi Kindle y el punto más importante tomar acción.

Puestos a soñar, me propuse retirarme a los 55 años haciendo un último sprint de arduo trabajo, ahorrar al máximo viviendo frugalmente (ya hablaré más adelante sobre este tema super interesante), educarme e invertir sabiamente para tratar de conseguirlo.

No es mi sueño dejar de trabajar a esa edad, pero sí que me encanta la idea de no tener que hacerlo porque necesite el dinero.

Al fin y al cabo es ganar un escalón más de libertad en mi vida… ¿cuántos de ustedes seguirían trabajando en donde están si no fuera porque necesitan el salario? Habrá quien sea un apasionado de su trabajo pero estimo que la gran mayoría desearía dejarlo y dedicarse a otra cosa.

Dentro de las posibilidades de negocio e inversiones que estuve investigando, estas pueden ser las que me gustan y me ayuden a conseguir esa meta:

Inversión en acciones de bolsa: Esta es la única que venía haciendo desde hace algunos años, en la que invertí en educación (una linda cifra) y con buenos resultados (entiéndase estar por encima del crecimiento anual del mercado).Inversión en fondos indexados: Aunque es ideal comenzar cuando se es joven, aún estoy a tiempo de aprovechar las ventajas del interés compuesto de este producto financiero («la fuerza más poderosa del Universo» según Einstein).Inversión a largo plazo en Bitcoin: Será sin dudas el futuro de las transacciones y mejor estar preparado para cuando eso suceda. Tema interesantísimo al cual nunca le había prestado atención y que ya estoy invirtiendo parte de mis ahorros.Inversión en bienes raíces: Esta es LA inversión que puede cambiar mi vida, pero para ello tengo que formarme (ya sé con quién) y necesito y quiero estar nuevamente en Madrid para comenzar con los primeros pasos. Así que a esperar a que termine este viaje y mientras tanto seguiré ahorrando para esa primera inversión.

El hábito de la lectura

Los fines de semana cuando avanzo con la moto, trato de vivir con el sol. Eso significa que me levanto muy temprano, viajo y me detengo unas horas antes de que se vaya para encontrar el sitio seguro para dormir, armar la tienda, preparar la cena y alguna que otra tarea relacionada con el viaje.

Una vez dentro de la carpa, tengo un par de horas para mí que no estaba sabiendo cómo matar.

Para ello, hace poco me compré un eBook (un Kindle de Amazon). Y la verdad es que después de las primeras horas de uso me pregunté – ¿Por qué tardé tanto tiempo en comprar este dispositivo? –

Si no lo hice antes fue por la estúpida nostalgia de solo querer libros en papel. Sin darme cuenta, esa misma nostalgia me generaba pereza de acercarme hasta cualquier lugar a comprarlos y por ende no leía nunca.
Era consciente de que no leía libros, pero me auto-consolaba diciéndome que leía mucho en internet o que veía muchas horas de vídeos interesantes. Error, grave error. La información que nos llega de la lectura cala de una manera mucho más profunda.En menos de un mes leí más libros que en mis 2 o 3 años anteriores. Todos relacionados con las temáticas que voy a seguir detallándote en los siguientes apartados.Es SUPER FACIL instalarle libros gratuitos en PDF’s o EPUB que se encuentran por internet (y si te tapas el ojo con un parche también puedes conseguir otras cosas). Creía que era un dispositivo super cerrado, que solo podía administrar libros comprados directamente en Amazon. Nada más lejos de la realidad.Estoy con un subidón terrible de querer seguir absorviendo conocimientos y ya tengo cargados en el aparato una veintena que están en cola de ser leídos. De todas formas llevo una base de datos (del cual te hablaré en otro artículo) con todos los libros ya terminados y los que están por leer.

Tamizar las amistades

Cada cierto tiempo uno debe detenerse y tamizar las amistades, ¿a qué me refiero con esto?

Básicamente las personas que se atraviesan en nuestras vidas pasan por algún motivo en particular. Algunas de ellas duran muchos muchos años y otras pueden ser esporádicas.

Las amistades verdaderas llevan mucho tiempo de trabajo. Para que sus cimientos sean fuertes y estables es necesario compartir cuantas más experiencias mejor: salidas, charlas, silencios, viajes, otros «viajes» menos legales, aventuras, penurias, borracheras, etc.

Por supuesto que con algunas personas esto se hará de una manera super simple mientras que con otras se nota una cierta resistencia.

Por ejemplo, cuando llegué en el 2010 a vivir a España tenía la necesidad de rodearme de gente, de hacer nuevos amigos. En esa necesidad uno no se fija demasiado en los detalles, si más o menos se ven buena gente se va para adelante.

Pero con el paso del tiempo fui sacudiendo el tamiz y solté a quienes no están en la misma sintonía para quedarme con aquellos que me hacían crecer como persona. Ojo, no estoy hablando de utilizar a la gente para obtener un beneficio puntual y luego dejarlos ir, sino de un equilibrio de energías que hacen de la amistad algo simple y placentero de llevar.

¿No te pasó nunca de estar compartiendo un café con un «amigo/a» y preguntarte «¿Pero quién carajo me mandó a quedar con este pelmazo/a?»? Pues eso… sin más.

Te guste o no, tu personalidad se verá afectada por tus amistades… «Dime con quién te juntas y te diré quién eres». Y si tu personalidad va cambiando con el tiempo (que debería ser así), también tienes que ir reajustando tus círculos más cercanos.

El viaje, el silencio y la distancia hicieron que una vez más se moviera ese tamiz en mi cabeza para decantar a muchas personas que estaban requiriéndome de una energía que prefería depositar en otros seres.

Aunque suene frío, tengo agendada llamadas telefónicas recurrentes con mis amigos y familiares. Vuelvo a repetir, la amistad es el fruto de un trabajo constante y como tal debe cuidarse como una tarea más en nuestras vidas.

¿Quieres cuidarme como amigo? ¿Por qué no me das un toque y charlamos? Que al fin y al cabo esta es una tarea que debe cuidarse desde los dos lados. Ayer sin ir más lejos me dejó un lindo audio un gran amigo (un hermano en realidad) y lo primero que hice fue agradecerle el que siempre estuviera ahí.

Conclusión

¿Y? ¿Qué te parece? Fijate TODO lo que pensé en estos 4 meses de viaje y las acciones que tomé para reencauzar mi vida.

Por mi parte, quiero decirte que no ha sido fácil. Ha sido una auténtica montaña rusa de sentimientos. Días de mucha motivación y días de estar tirado en la cama sin ánimos, bajoneado y tratando de buscar soluciones o respuestas a estos pensamientos que taladraban (y taladran) mi cabeza.

¿Serán estas las respuestas definitivas? Seguramente no, cuando cumpla 41 seguiré reajustando mi vida con el fin de ser un poco menos ignorante de lo que soy, ser fiel a mis principios y seguir caminando hacia donde crea que sea lo correcto.

Espero que este artículo te haya despertado alguna inquietud. Quiero que sepas que estoy decidido a seguir en esta línea, tal vez la más honesta que hayas leído o escuchado desde que me sigues y que por supuesto que tienes toda mi confianza para que me escribas por cualquier cosa en la que pueda ayudarte.

Haciéndolo me ayudarás a mejorar también.

¡Un abrazo! 🙌🏻

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